jueves, 12 de febrero de 2009

¿A dónde van los muertos?
Al Infierno: Esta es una palabra que procede del latín que significa: inferior. Según la Biblia este lugar está debajo de la tierra. El infierno es un lugar donde hay fuego que no puede ser apagado. “Si algo te es ocasión de caer en pecado, evítalo. Mejor te es entrar sin eso a la vida que teniéndolo, ir al infierno, al fuego que nunca se apaga”. (Marcos 9:43). Es un lugar de tormento. “Y en el infierno, estando en tormentos, alzó sus ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno”. (Lucas 16:23). Al infierno van las personas que en vida no tuvieron temor de Dios, hicieron lo malo y no se arrepintieron de sus pecados confesándolos a Jesucristo. “Y os digo a vosotros mis amigos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después no tienen nada peor que hacer. Pero yo os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que, después de haber dado muerte, tiene poder de echar en el infierno. Sí, os digo: A éste temed”. (Lucas 12:5). Al infierno van las personas inmediatamente después de su muerte. “Murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Infierno, estaba en tormentos” (Lucas 16:22b y23a). De ahí esperan las almas de estos muertos, hasta resucitar para ser juzgados por Dios y luego ser lanzados al lago de fuego; que es la muerte segunda y la definitiva donde en cuerpo y alma sufrirán por la eternidad. “Y el que no fue hallado inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. (Apocalipsis 20:15).

Al Paraíso: Esta es una palabra que procede del griego y significa: parque. Según la Biblia este lugar está en el tercer cielo; o sea donde está el trono de Dios. En el Paraíso está Cristo mismo. Esta es la gloria de los cristianos; encontrarse con Jesucristo inmediatamente después de su muerte. “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Pero si el vivir en la carne me sirve para una obra fructífera, ¿cuál escogeré? No lo sé. Me siento presionado por ambas partes. Tengo el deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor”. (Filipenses 1:21-23). El malhechor de la cruz, por arrepentirse de sus pecados y creer en Jesús como Rey; se fue juntamente con Cristo después de su muerte, al paraíso. “Entonces Jesús le dijo: — De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. (Lucas 23:43). Ahí esperan las almas de los cristianos hasta resucitar y ser arrebatados en cuerpo y alma con la iglesia al cielo; ser juzgados, celebrar la fiesta de las bodas del cordero y reinar por la eternidad con Cristo. “Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero. “Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor”. (1 Tesalonicenses 4:16-17).

Amigo, si mueres en este momento ¿Vas con Cristo, al Paraíso? O ¿Vas al infierno? La única manera para estar seguro de esto es que tengas a Jesucristo en tu corazón. La Biblia nos dice: “Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. (1 Juan 5:11-12). La forma de demostrar que tienes a Jesús en tu corazón es haciendo la voluntad de su Padre. “No todo el que me dice ‘Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. (Mateo 7:21). Si deseas más información puedes escribirnos a los correos electrónicos: epadillapizarro@hotmail.com o al correo rudimoralesguzman@hotmail.com también puedes visitar nuestras páginas en internet: http://buenasnuevas.blogspot.es y http://criticasalasiglesiasevangelicas.blogspot.com/ o llamar al teléfono 59063146 con Rudy Morales. Será un gusto y una bendición atenderte.

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