LA MUERTE
La palabra muerte en su sentido original significa separación. Desde el punto de vista bíblico existen tres clases de muerte.
LA MUERTE FISICA: “La paga del pecado es la muerte”. (Romanos 6:23 a). Esta es producto del pecado adámico. Resultó cuando Adán y Eva; los primeros seres humanos pecaron. Ellos por su desobediencia pagaron con su muerte física. La muerte física es la separación del alma del cuerpo. Esto es tan evidente diariamente, pues ya sea por muerte natural, o sea por la voluntad de Dios o por asesinatos y accidentes de diferente índole, la gente se muere siempre.
LA MUERTE ESPIRITUAL: “El os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”. (Efesios 2:1). Esta es producto del pecado personal. Cada uno de nosotros podemos caer en el. Cuando desobedecemos un mandamiento establecido por Dios caemos en pecado. Esto como consecuencia trae la separación del Espíritu de Dios con nuestro espíritu. La mayoría de gente de este mundo está muerta espiritualmente, pues a cada momento pecan. Sólo hay un grupo de personas que se han librado de esta muerte y somos los cristianos. Por nuestra fe en Cristo, nuestra confesión de pecados y arrepentimiento nos ha limpiado con su sangre. La Biblia nos dice: “Si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
LA MUERTE ETERNA: “Pero los cobardes he incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. (Apocalipsis 21:8). La muerte eterna es producto de una vida desperdiciada en delitos y pecados. Todos aquellos que no se encuentran con su vida encomendada a Jesucristo antes de morir físicamente sufrirán eterna condenación. Esto es la muerte segunda. Se le llama muerte segunda porque sucede después de la muerte física. Es la separación eterna de Dios con el hombre en un lugar llamado Lago de Fuego.
Amigo, todos algún día tendremos que morir físicamente. Lo peor de todo, es que no sabemos cuando. ¿Te has puesto a pensar en que un día vas a morir? Para no morir por segunda vez, o sea para siempre, te es necesario tener vida espiritualmente. Esta vida Jesucristo te la ofrece gratis. La Biblia nos dice: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia”. (Juan 10:10 b) “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”. (Romanos 10:9). Necesitas declarar abiertamente a toda la gente que eres cristiano y vivir como cristiano. Al mismo tiempo debes creer que Jesucristo no está muerto sino vivo.
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